lunes, 8 de septiembre de 2008

Si ya tienes un hijo, o escribiste algo
ahora te tocará plantar un árbol.
Planta un árbol estimado hermano,
hazle al Planeta el mejor regalo.
Hazlo si vives en la ciudad o en el campo,
plántalo en la pradera, o al borde de un lago.
Házlo hermano, y luego de plantarlo
cuídalo como a un niño en tu regazo.
Al que te dice que ese trabajo es vano
no le prestes atención, no le hagas caso.

Quizás cavar el pozo sea pesado
pero créeme que serás recompensado.
Riégalo con fé, que crecerá muy alto,
protégelo y cuida que nadie le haga daño,
hazlo con pasión y con mucho cuidado,
utiliza buenas semillas o un brote sano.

Toma la pala, haz el pozo, y ¡plántalo!
Ayuda a hermosear el terreno devastado.
Hazle un cantero, rodeándolo de pasto,
y para que crezca derecho pónle un palo.
Tal vez tarde en crecer algunos años,
siendo mientras hogar de muchos pájaros
que un nuevo día de vida te habrán anunciado.

Toma hoy la decisión, y ¡hazlo!
Tendrás el placer de ver que lo plantado
es el trabajo de tus propias manos,
e irás viendo logros y muchos resultados.

Ayudarás a filtrar el aire contaminado,
y del calentamiento global que causa daño
ayudarás a atenuar el duro impacto.
Te dará fresca sombra en el verano
y reposarás para descansar del trabajo
cuando dormites bajo su copa recostado.
Y cada otoño tu jardín será dorado
y en invierno su leña te habrá calentado.

En primavera su belleza cubrirá el prado.
Tal vez sus frutas te habrán alimentado
o algunas de sus flores habrás cortado
para adornar la tumba de algún ser amado.
Su madera será tu compañera a tu lado
cuando te halles tú en la tumba sepultado.

Míralo fijo, como un enamorado
con el placer con el que miras un cuadro
observa como crece, palmo a palmo
y maravíllate de lo que has logrado.
Pronto tus vecinos se habrán contagiado,
y todos querrán tener su propio árbol.

Si 5000 millones de humanos
plantaríamos cada uno un árbol
el aire del Planeta no se calentaría tanto.
Ayudaríamos a miles de inundados
para que su ciudad no se siga anegando.
Los árboles han vivido antes que tú,
y su sabiduría proviene del pasado,
y seguirán aquí cuando tú te hayas marchado.

Disculpa que este poema es medio largo,
pero escúchame bien: te diré algo:
Mi prédica ecológica será un verso alado
que dará la vuelta al mundo gritándolo,
para que dejen de proliferar bosques talados
y que los complejos ecosistemas no sufran tanto,
y en el futuro de tus hijos no reine el llanto.

Quisiera ver este poema convertido en un canto
un llamamiento internacional a plantar un árbol.


Ruben Sada (Argentina) 30-08-2007

3 comentarios:

El Sexy dijo...

Uuuuuuuuuu me dieron ganas de plantar un arbol XD


:)

je

Sonia Ló dijo...

jajaja a mi también!

sigo aquí
que no se te olvide
saludos!

Dave dijo...

A mí me dieron ganas de fumar mariguana... nah! mentira, plantaré 2 arboles inmediatamente después de que tenga mi casa.