lunes, 1 de febrero de 2010

Amor Nestlè

El amor, Amor es una lata Nestlè de leche condensada.
Por eso te empalaga y luego después de la tercera cucharada, la pobre lata de amor termina siempre en el bote de basura.
Tù sabes, Amor, que yo prefiero el TV-Guide a la televisión y los cortos en el cine a las películas.
No me gusta ese letrero que dice FIN descaradamente.
Tengo problemas al final de las funciones, Amor, y es que lo mismo me da el beso final con gran close-up en la pantalla que la despedida de los amantes frustrados.
Los dos finales son igual de malos, Amor, y terminan siempre haciéndome llorar.
Por eso, escucha, fue tan buena tu partida.
¿ Qué hubiera sido de la magia al tener que lavar tus calcetines, para después colgarlos del tendedero, lastimosamente convertidos en banderas de vecino?
¿ Seguiría siendo "preciosa" al despertar de malas, con gripa o una que otra desvelada?.
Magia, Amor, esta es sólo cuestión de magia.
Te escribo entonces esta carta, Amor, porque pienso que quizá será mejor que ya no nos veamos.
Que ya no recordemos nuestros cuerpos juntos aquella madrugada. Ya ves: ya no me acuerdo de tus besos, de la cicatriz en la espalda.
Y bien, será mejor que ya no imaginemos la boca del amado, los paseos a las playas.
Por favor no pienses que te extraño o sufro esos milquinientoskilómetros de distancia.
No importa entonces, Amor, negar el mes de mayo y consolarnos solos, Amor, imaginando el llanto del amado.


POSDATA: Al fin y al cabo, tengo ya todo planeado: si me olvidas, si me olvidas ... me dedicaré a la burocracia.




Regina Swain